Sección Nueva

Volver al futuro

En esta sección gimnasista, recordamos a aquellos jugadores que han pasado por la institución en los años pasados. Hoy es el turno de un gran baluarte de los últimos tiempos que hasta el día de hoy sigue reventando balones a destajo y tirando el achique erróneamente.

Estamos hablando de Jorge San Esteban, toda una institución para lo que significa Gimnasia y Esgrima La Plata.

El “Coco” nació un 28 de junio de 1972 y desde 1992 hasta la actualidad fue el nombre que los seguidores del buen basurero jamás podíamos olvidar en una línea de cuatro. San Esteban jugó todo: Liguillas pre-Libertadores, Conmebols, Sudamericanas y Copa Libertadores. Incluso, lo mejor de él se vio cuando en el año 1999 un MAESTRO del fútbol como lo es el señor Marcelo Bielsa lo convocó para lucir la camiseta de la Selección Argentina.

Si la memoria no nos falla, el “Coco” jugó un discreto partido frente a Venezuela y jamás volvió a ponerse la albiceleste. Mal por Basile, que debería saber que atrás de Heinze hay un gladiador todoterreno que corre como un pingo cuando tiene que sacar las papas del horno.
A pesar de todo, el “Coco” nos abandona durante la temporada 2003–2004 tras un conflicto con el nuevo presidente Francisco Gliemmo. Se incorpora a préstamo a Nueva Chicago, club en el que lamentablemente no tuvo la posibilidad de mostrarse.


Así las cosas, desciende con el torito de Mataderos y retorna a la entidad que lo vio nacer, siendo estandarte principal del gran equipo del señor Pedro Troglio en el 2005.

El “Coco”, con más de 380 partidos jugados para el conjunto Mens Sana, se ha convertido en el tipo que más veces pisó el estadio de 60 y 118 para ser criticado, aplaudido, reprochado, idolatrado y nuevamente basureado. Y con 16 años en Gimnasia, no cabe duda de que es uno de los abuelos a quien la hinchada le tiene más afecto, por más que se haya hecho pública su fascinación por las carreras de caballos.

Nuestros saludos para el gran Jorge San Esteban. Esperamos que nos sigas incentivando para obligarte a reventar las pelotas o a dejar el vicio del juego para que llenes nuestros corazones del grito de gol con un fuerte zapatazo de tiro libre.

Aquí, una foto de este centurión del área chica cuando recién asomaba y los empresarios de las figuritas gastaban celuloide para inmortalizar su figura.